El Precio de la Historia
Sobre la mercantilización de la memoria
People don't realize that one picture for you is just one picture. But for me, I take a thousand pictures a day. That adds up. It's tough getting somewhere on time when you have to stop that much.
El programa 'El precio de la Historia' se presenta como una fuente
interesante de análisis. Esta serie televisiva se emite por History
Channel desde hace un tiempo. En este escrito servirá para entender como
se produce una mercantilización del pasado a partir de la compra y
venta de objetos históricos. La memoria se convierte en una mercancía más
(pero diferenciada por SU tiempo) que se cambia por cierta cantidad de
dinero.
Es necesario diferenciar entre memoria, historia y pasado. Todo objeto
tiene la memoria de quien/quienes lo utilizó/utilizaron en el pasado.
Usualmente se tiende a imponer la 'H'istoria sobre la memoria puesto que
es la versión oficial del pasado (la que legitima el/al poder). Objeto
histórico y objeto de/con memoria los uso como sinónimos (es 'de' memoria
puesto que es producto de circunstancias y es 'con' memoria porque en él
radica [de alguna u otra manera] SU pasado). La diferencia entre 'h'istoria
y memoria es la siguiente: historia es el pasado con presunción objetiva,
la memoria es como se rememora el pasado de manera subjetiva. P.e. La
colectividad puede recordar que Pepito combatió en la guerra por apremio
económico. Pepito recuerda que participó en la guerra porque tuvo el
impetu para servir a la patria. La historia adquiere su objetividad
presunta por ser una visión colectiva, la memoria es subjetiva porque
radica como el ser mira su pasado. Pasado es aquello que pasó en un
tiempo anterior a éste (el presente).
La mecánica del programa es sencilla. Los protagonistas tienen una
tienda donde se venden y compran cierto tipo de objetos: objetos
históricos. Quienes venden los objetos deben de legitimar la historicidad
de lo vendido (deben de comprobar la trascendencia y relevancia de su
memoria). Son los propietarios de la tienda los que compran confiriéndole
a cada objeto un valor de cambio (les fijan un precio). Parece ser que los
sujetos son especialistas porque han de contextualizar cada objeto en la
Historia, ver su autenticidad y ver su potencial de venta. Casi siempre el
dinero que ofrecen por el objeto es inferior a las expectativas del
vendedor. De esta manera, en la tienda se ofertan objetos de/con memoria.
Algunos resultan ser Históricos.
Si a cada objeto se le asigna un valor, qué es el valor? Ferdinand de
Saussure señala que para obtener un valor sobre algo se requieren de dos
condiciones: elementos semejantes a ese algo y también diferentes. De ser
el algo cierto objeto, entonces se requieren de objetos similares y
diferentes. Lo primero llevará a que se distinga de los otros y adquiera
una especificidad en relación a ellos. Lo segundo llega a que se pueda
intercambiar por otra cosa. Lo similar lleva a la comparación y lo
diferente al intercambio.
Se tiene el caso en que se ofertan cascos militares utilizados en
diversos episodios históricos: 1a guerra mundial, 2da GM, Vietnam,
Afganistán e Irak. Si es que lo que determina el valor es el criterio
temporal (el tiempo), entonces lo más antiguo valdrá más valor que lo más
reciente [Un casco de la 1a GM valdrá mucho más que uno actual en Irak.
Si el criterio es la especificidad, entonces mientra más histórico (allá
sido utilizado por alguna personalidad que es difundida por la Historia)
sea el objeto más valor tendrá [un casco usado por un general nazi puede
valer más que la de un subalterno de la 1a GM]. Si el criterio es la
cantidad, todo aquello que sea más escaso tendrá más valor [vestigios de
la bomba de Hiroshima pueden valer más que mil granadas de la 1a GM)]. El
valor se expresa intercambiandolo por algo diferente: dinero. El dinero
también tiene un conjunto de elementos similares (dólar, euro, yen, yuan,
etc.). El valor del objeto se expresa en el dinero: se fija un precio
monetario. De esta manera el objeto histórico se mercantiliza. El tiempo
contenido en él, la memoria, se expresa en dinero.
Karl Marx diferencia dos tipos de valor: el valor de uso y el de cambio.
Se señala que el valor de uso tiene un valor subjetivo e inomparable
determinado por las circunstancias puntuales de la persona. El valor de
cambio implica la cantidad de trabajo empleado en producir un objeto. En
el caso de un objeto histórico el valor de uso lo determina la
utilización que le dará el comprador incorporarlo a una colección,
volver a venderlo, incorporarlo a un centro de investigación, etc. El
valor de cambio será alto en comparación con un objeto del presente o
pasado reciente. La trascendencia histórica del objeto, su especificidad y
su cantidad implican un adicional al trabajo que resultó producirlo. El
tiempo se mercantiliza para aumentar el lucro del vendedor y la
satisfacción del comprador.
La mercantilización de los objetos históricos no sólo permanece en la
televisión. En el caso de 'El precio de la Historia' los protagonistas
poseen una tienda formal. En el caso peruano, el tráfico de los objetos se
da en el sector informal constituyendo una lacra que atenta contra el
estudio del pasado de una sociedad. La mercantilización de la memoria se
da tanto en archivos públicos, iglesias, municipalidades, etc.
Funcionarios hurtan los objetos y los ofertan de manera ilegal Un
corolario económico (ya contrargumentado) decía que toda demanda fomenta
la oferta, si no hay compradores no habría vendedores. Son los mismos
investigadores y los coleccionistas quienes adquieren los objetos
conscientes de su valor.
Un caso particular e importante es el tráfico de pintura colonial y
esculturas prehispánicas. Estos objetos son valiosos por diversas
razones. Etre ellas radica su historicidad, su escasez, su especificidad y
su condición de ser arte. Al traficar con ellos se vende la memoria
colectiva de una sociedad para pasar a integrar colecciones
particulares. El tráfico de objetos históricos debe de ser combatido
concientizando a las personas del valor de cada objeto y los múltiples
usos que se le pueden dar.
En que radica el valor de los objetos al margen de lo económico? Por Marx
se sabe que el valor de cambio tiene un precio posterior a la invención
del dinero. De esta manera, hay una utilidad intrínseca a su expresión
monetaria. El valor de los objetos históricos es la memoria. Un objeto
puede llevar a la comprensión del pasado, a una interpelación de los
discursos existentes, a ratificar las identidades de las personas, entre
otros usos. Ahora existe el derecho al olvido, pero también debiera
existir el derecho a poder tener una memoria. Toda esta
trascendenciasocial se ve reemplazada por objetos coleccionales de
movimiento estático que vienen a ser instrumentos de ahorro. Nada
explica mejor el espiritu del individualismo que esto.
Entonces, existen ciertos objetos que se diferencian de otros por ser
históricos. Son objetos que tienen memoria, son objetos de la memoria y son
objetos para la memoria. Su condición de historicidad les confiere un
valor de cambio elevado. La´memoria, el pasado y el tiempo se convierten
en una mercancía más para la satisfacción de los individuos. Lo colectivo
se subsume en la expresión de la individualidad del coleccionista que
fija al objeto a un sólo sitio (integra colecciones particulares y se
vuelve un medio de ahorro).
En el conjunto de mercancías que se ofertan en la socieda capitalista
son los objetos con memoria una parte diferenciada. La historicidad se
simplifica en cifras monetarias y el pasado desaparece (se rescribe en
descripciones [etiquetas] que acompañan al objeto. Es en esta re-escritura
en donde se produce une re-localización de la memoria. El objeto de/con
memoria con sus características singulares ocupa un espacio sin-lugar.
El precio de la Historia, la expresión en términos monetarios del pasado,
la mercantilización de la memoria, el tiempo transformado en dinero no es
un fenómeno netamente contemporáneo. Pero es el presente en donde el
tráfico y comercio de estos objetos se ha intensificado considerablemente.
El cuidado y preservación de la memoria es una tarea que trasciende
cualquier expresión monetaria.
Otra cosa es el precio de (los textos que componen) la Historia. Como la academia e intelectuales sirven a los intereses de poder con su producción. Sus escritos se convierten en discursos que legitiman y empodera a las élites en el tiempo. Confiere el poder de continuidad en el tiempo.