Hace muy poco fue evidente una paradoja del partido Fuerza Popular. Primero, Martha Chávez denunció que el incendio de Larcomar fue causado por ‘terrucos’ ante el arribo del presidente Obama. Después, el congreso de mayoría fujimorista, condecoró al presidente chino. El hemiciclo (desafortunadamente pintado de naranja) fue invadido por la hoz y el martillo de los políticos chinos. En el Perú este símbolo adquiere la condición tabú máximo pues representa la amenaza de Sendero Luminoso y la reiteración (rememoración perenne) de los episodios funestos por su accionar. Estas circunstancias reflejan una utilización a conveniencia de los símbolos por los seguidores del clan Fujimori.

En breve: La hoz y el martillo representa la unión del campesinado (hoz instrumento para cegar el campo) y del proletariado (martillo elemento utilizado en las fábricas y construcciones). El orden de los símbolos importantes porque implica la preponderancia de un sector sobre otro para algún discurso oficial. En el comunismo soviético el proletariado jugaba un papel más importante; mientras que en la China, el campesinado. Como representaba al comunismo fue exportado a diversos países donde hubo partidos de tendencia comunista. Así llegó al Perú y uno de los grupos que lo utilizaron fue Sendero Luminoso. En estos momentos, hay partidos de izquierda que siguen usando la hoz y el martillo como símbolos. Entre ellos está el noruego y el griego. Incluso forma parte de la cultura popular al ser pintado por Andy Warhol (inclusive fue vendida en Sotheby por más de medio millón de dólares) o aparecer en Superman. Más reciente fue la conversión de este símbolo en crucifijo para ser regalado al Papa.

Los símbolos no tienen un sentido fijo. Este constituye un efecto generado al juntar signos (siendo el símbolo un tipo particular de signo). La hoz y el martillo en Rusia está asociado a ‘derrota del zar’, ‘comunismo’, ‘derrota de Hitler’, ‘presencia del hombre en el espacio’, etc. En China está asociado a ‘Mao’, ‘desarrollo industrial’, ‘crecimiento económico’, ‘ascenso político’, etc. Pero en el Perú está asociado a ‘atentados’, ‘matanzas’, etc. De esta manera, el símbolo queda cargado de un sentido negativo a la vista (y uso) de las personas. En imágenes puede verse el símbolo mencionado en la toma del Reichstag, en una estación de metro, en una reunión del partido chino, en un penal y en el campo peruano. De manera sucinta el problema: mientras que en Rusia está asociado a ‘victoria’, en el Perú a ‘Sendero Luminoso’ que evidencia los fracasos tanto del estado peruano como de sucesivos gobiernos.

La razón principal de la existencia del fujimorismo es la presencia (sea física o virtual) de Sendero Luminoso. Esta agrupación se atribuye la derrota del grupo subversivo por tanto canaliza la aprobación por parte de la población. Por eso la presencia de cualquiera de los símbolos ‘terroristas’ debe producirles un goce perverso porque implica el control del apoyo popular (¿o no Becerril?/ quien utiliza símbolos para desprestigiar a enemigos políticos). 

Cada vez que los fujimoristas evocan a Sendero adquieren/instancian/evocan su misma razón de ser porque implica que asuman un rol activo para ‘proteger’ a la población. Deben asumir que la gente es tan inútil para no protegerse a sí misma que necesitan hacerse de la efigie y sombra del ex presidente Fujimori. Quitarle al fujimorismo la memoria y presencia de Sendero es dejarlo castrado de su principal soporte político. Pero ante el presidente de china cambiaron su parecer. Admitieron la presencia de la simbología china en el congreso por lo cual manejaron los usos simbólicos a su antojo y en su favor. De la cacería de brujas pasaron a mostrarse como un partido moderno y tolerante (políticamente correcto en la influencia de la globalización).

Hay palabras que no se quedan solo en el lenguaje sino que invitan a la acción. Una de éstas es ‘terrorista’ (en el Perú es utilizado ‘terruco’). Esta palabra no sólo es hablada sino que sirve para tomar posición respecto a la persona que es referida con ella. Quien es designado como tal puede ser detenido por la policía y ser investigado. Asumiendo la metáfora de la caja que plantea M. Montalbetti, las palabras funcionan como una caja en donde podemos colocar tanto objetos como sujetos: permite clasificarlos, ordenarlos y discriminarlos. Algunas cajas tienen instrucciones donde están los criterios de selección. En el caso de la caja ‘terrorista’ también hay una advertencia de peligrosidad que lleva a tomar cuidados frente a quien se coloca dentro. El problema surge cuando se usa indistintamente para meter a cualquier sujeto dentro de ella. Es utilizada como una herramienta política para denostar y calumniar a ciertos individuos opositores que representan una amenaza. Ésta constituye el arma principal del fujimorismo (legitimada por la población) para hacerse de rivales políticos a su conveniencia. Una vez que alguien es introducido en la caja, permanece manchado para siempre ante la opinión popular. Un partido asociado a narcotraficantes, lobbies y negocios turbios no puede tener semejante poder.

Exorcizar los símbolos de la carga negativa que contienen es un esfuerzo para liberarnos de cualquier ventaja que pudiera asumir alguna agrupación política. Madurar la presencia de Sendero Luminoso en el pasado peruano implica tanto crecer como nación como eliminar ese ‘cheque en blanco’ que reciben ciertos individuos para controlar al poder y a su gente. Tampoco implica legitimar la subversión y la violencia como medios de ascenso político. Exorcizar no implica olvido, al contrario  Finalmente implica solucionar la paradoja que sendero refleja para los peruanos: todos sabemos y criticamos su existencia pero hablar del tema es un tabú y existen pocos lugares donde puede recordarse este suceso (el LUM contribuye a la resolución pero esta más cerca de la costa y de espaldas a los andes).