Caviar
Una de las palabras más variopintas del argot político peruano es ‘caviar’. Aquí se hará un análisis de esta palabra. Escribiré dialogando con Gonzalo Portocarrero, Aldo Mariátegui y Herbert Mujica. No se va a responder la pregunta de quién es un caviar sino cómo se ha construido la palabra y en qué sentido se utiliza. De hecho, muy poca gente puede comer caviar (esturión) en el Perú. Esto hace que muchos tomen la denominación con gusto mediante un mecanismo de distinción.
Primero, el plano de la referencia. Se llama ‘caviar’ a la huevera del pez esturión. El esturión es originario del este de Europa siendo las variedades más conocidas capturadas en el Mar Caspio. Es un alimento de alto precio debido a la escasez del esturión. La difusión del consumo del caviar como fuente de distinción para la aristocracia, oligarquía y alta burguesía occidental comenzó después de la revolución rusa de 1917. Todo comenzó en Paris gracias al exilio de la aristocracia rusa durante la segunda década del siglo XX. Los hermanos Petrossián explotaron la demanda por este producto de esta nobleza y acordaron con el gobierno soviético la exclusividad en los derechos de exportación del caviar ruso. Ellos también lo dieron a conocer en la Exposición Universal de París de 1925. El éxito del caviar quedó consolidado cuando el dueño de los hoteles Ritz lo incluyó en el menú gourmet de sus restaurantes. El caviar es un producto que reúne en su historia a antagonistas de clase como la Unión Soviética y a Lenin con las aristocracias occidentales y la alta burguesía. Comunismo y socialismo unidos por la huevera de un pescado. Cito a Portocarrero.
El caviar, al menos el legítimo, proviene de los huevos del esturión. Como es un producto escaso, alcanza altos precios, de modo que su consumo se restringe a los más pudientes. Desde principios del siglo XX, se convierte en un aperitivo característico de la aristocracia y los burgueses más encumbrados. Es el emblema de una vida de lujo y refinamiento.
¿Cómo ‘caviar’ pasa de designar la huevera de un pescado a designar a personas? Primero, las personas son las que comen este producto. Segundo, no todas las personas comen caviar sino un grupo exclusivo y distinguido de personas. De esta manera, caviar pasaría a designar al selecto / privilegiado / distinguido / favorecido / afortunado / acaudalado / rico / opulento grupo de personas que comen este alimento por metonimia (remplazar quien come por lo comido). Cito a Portocarrero.
Consume caviar quien tiene dinero de sobra y no está interesado en el precio de las cosas, pues lo que más le interesa es darse gusto en todo lo que puede; en este caso, explorar el mundo de los sabores. El caviar simboliza, pues, un estilo de vida frívolo y elitista, marcado por una despreocupación gozosa, ya que pasarlo bien es lo único que importa. Es decir, un mundo decadente, sin vocación social, que no tiene más ideal que la satisfacción de sus sentidos.
Portocarrero interpreta que el caviar se asocia con una lógica de consumir productos suntuarios a un precio excesivamente alto propio de una conducta narcisista. El asume tácitamente que debe de dejarse la despreocupación gozosa de pasársela bien (satisfaciendo los sentidos) como eje de la vida para tener vocación social y salir del mundo decadente. Para él, el caviar es un tipo desconectado del mundo con una actitud banal y superflua frente a la vida.
Segundo, el plano figurativo. La palabra caviar se usa políticamente junto a la palabra ‘izquierda’ en la fórmula ‘izquierda caviar’. El origen de esta frase nació en el país epicentro de la expansión del caviar al resto del mundo: Francia. ‘Izquierda caviar’, ‘gauche caviar’, como expresión es un neologismo político que apareció en la década del 80 utilizado por los detractores de François Miterrand. La ‘izquierda caviar’ es atacada por el ala más izquierda de la izquierda francesa (comunistas, extrema izquierda) y la acusan de ser « una falsa izquierda qui dice lo que falta hacer y no hace eso que dice, una tribu tartufa y no comprometida, que ama el pueblo pero que se aleja de compartir su suerte» Laurent Joffrin.
Veamos algunos de sus usos convergentes. 1. Sirvió para designar a los partidarios de izquierda que defendían con gran pasión causas sobre el sufrimiento del pobre mientras comían caviar en sus respectivos apartamentos espectaculares en zonas acomodadas de Paris. 2. La palabra es utilizada para referirse a aquellos que proclaman tener ideas de izquierda pero que en realidad tienen una vida con ciertos lujos y acomodada. 3. Personalidades consideradas como alejadas de sectores populares pero se reclaman de izquierda. Se asocian con la frase tener el corazón a la izquierda, pero el portafolio a la derecha. 4. Utilizada con desprecio para designar a aquellos que profesaban un acercamiento con el Partido Socialista pero que se mantenían alejados de una forma de vida proletaria que los distinguía con la base popular del partido socialista francés.
‘Caviar’ interseca el ser de izquierda y el ser de derecha. La palabra nos muestra la contraposición de dos enunciados ‘actuar políticamente como representante de la izquierda’ y ‘vivir como representante la derecha privilegiada’ unidas por el conector contrastivo ‘sin embargo’ (también funciona ‘pero’). De esta hay dos posibilidades de combinación: 1. Vivir como representante la derecha privilegiada SIN EMBARGO actuar políticamente como representante de la izquierda. 2. Actuar políticamente como representante de la izquierda SIN EMBARGO vivir como representante la derecha privilegiada. Entonces hay dos sentidos en el uso de la alocución ‘izquierda caviar’. La primera designa a todos aquellos privilegiados que viven aristocráticamente, pero actúan desenfrenadamente siguiendo la agenda de la izquierda. La segunda designa a todos aquellos que actúan desenfrenadamente siguiendo la agenda de la izquierda, pero abusan y se aprovechan de su posición para vivir aristocráticamente. En el primer caso, uno es caviar por condición o procedencia; en el segundo, por advenimiento. Llamemos al caviar de cuna como caviar1 y al caviar por méritos, caviar2.
Nota. Cuando ‘caviar’ se asocia con ‘izquierda’ lo hace como adjetivo intersectivo. Es decir, resalta la intersección entre ‘ser de izquierda’ y ‘comer caviar’: los que son de izquierda y además comen caviar. Evidentemente ‘comer caviar’ se asocia a vivir de forma privilegiada y a vivir como lo hace la derecha. Ver anexo 1.
‘Izquierda caviar’ pertenece a un selecto grupo de frases utilizadas en diferentes países como dicen toscana-zosi en Suiza, champagne socialists en el Reino Unido, Radical Chic en Estados Unidos, la esquerda Ballantine's en Brasil, el red set o whisquierda en Chile, zurdo con iphone en Argentina, Chardonnay socialism, smoked salmon socialism en Irlanda o Izquierda de cafetín en Venezuela. Puede verse en estos usos que hay una relación de inconsecuencia como si la izquierda no debiera tomar champagne, tener un iphone, ser chic, tomar whisky o comer salmón ahumado. Esto se contextualiza con defender una agenda política y ser coherente con ella. Las frases buscan denunciar la inconsecuencia, incongruencia y el aprovechamiento para beneficio propio de la agenda izquierdista.
Tercero, el caso peruano. El término ha sido utilizado con frecuencia por Aldo Mariategui siguiendo a Herbert Mujica quien lo importó de Francia. A diferencia de los otros países, en el Perú sirve para designar a un grupo de individuos con nombre propio no a militantes organizados de algún político de izquierda. De hecho, ni la más alta oligarquía nacional se puede dar el lujo de comer con frecuencia caviar de esturión. Literalmente, no hay caviares en el Perú pero sí metafóricamente (“se comportan como los caviares de Francia”). Se utiliza caviar por abuso de lenguaje. Cito a Mariategui
Los caviares originales en el Perú fueron un grupito de “niños bien” blancos, de la generación del 68 (aunque sus abuelos ideológicos se remontan al bustamantismo y la DC) y que se metieron a jugar a la revolución, imbuidos por la moda rebelde externa y ‘shockeados’ por la pobreza, con la que recién se encontraron al salir de sus elitistas colegios religiosos de entonces.
Así, fundan grupúsculos marxistas como Vanguardia Revolucionaria, pero que nunca perdieron su toque chic ni fueron ‘cholos’, como Patria Roja. Chicos blancos burgueses (Villarán, Dammert, Alayza, Costa, Lauer, Portocarrero, Blondet) y hasta de forzados apellidos compuestos (Diez Canseco, García Sayán, Sánchez León, De la Jara), la moda posera, la rebeldía antipaterna y la culpa cristiana los empujan hacia radicales posiciones infantiles de izquierda (de las que algunos nunca salieron, como JDC). Eso y un clasismo racistoide les impidieron subirse al carro de Velasco, como sí lo hicieron el PCP, los socialprogresistas y la DC.
Durante años anduvieron perdidos, hasta que en los 80 descubrieron que controlar la PUCP, hacer consultorías y formar ONG mantenidas por yanquis y europeos aseguraban buena vida y exposición (muchos trabajaron con el fujimorismo desde sus ONG e hicieron consultorías, hecho que ahora no quieren acordarse). Nunca populares, tuvieron su cuarto de hora político con Paniagua (por eso lo idolatran) y con Toledo, momento en que se dedicaron a perseguir a su ex empleador Fujimori y a hacer un modo de vida con los derechos humanos, con una CVR que les dio harta chamba a un costo de US$19 millones, indemnizaciones en la CIDH, etc…
Son una argolla muy poderosa, con miembros que se apoyan mucho entre ellos y con ramificaciones locales en la academia, la prensa, la intelectualidad, las artes y los aparatos de justicia, además de muy buenos contactos externos con sus pares caviares foráneos. Militantes extremos de “lo políticamente correcto”, quien discrepa con ellos es fascista, bruto y corrupto (¡lo más paradójico es que el término DBA lo inventa J.C. Tafur, una mano derecha de Calmell del Solar en el entonces montesinoide “Expreso”!). El corazón de su sistema es la PUCP, razón por la cual la defienden tanto de la Iglesia. Cuentan con aliados en los llamados fujicaviares (funcionarios fujimoristas que ahora no se acuerdan de su pasado) y en románticos jóvenes hipsters, socialconfusos mocosos bohemios e idealistas, sin idea de nada.
Su esplendor se dio con Villarán en la alcaldía limeña, donde han hecho un papel lamentable, además de pelearse con la izquierda chola y echarse en el toledismo. Sin embargo, DGS aún tiene ronca en el Ejecutivo, por el asesor nadinista ‘Coco’ Salazar, y por eso dicen que puso ciertos ministros (Roncagliolo, ‘Mocha’, Figallo, Eguiguren, Eda, Pedraza, Jiménez) y logró la candidatura a la OEA. ¿Contento, Portocarrero?
Portocarrero critica la utilización que hace Mariátegui.
En nuestro país, el término adquiere fortuna a fines del gobierno de Alberto Fujimori. Es una manera fácil de descalificar a la gente que lucha por la vigencia de la democracia y de los derechos humanos. Al llamarlos ‘caviar’ se está remarcando que no son realmente peruanos. O que traicionan al Perú. En todo caso que son exquisitos y tontos cuando no sinvergüenzas y oportunistas. La idea es que todo vale en el Perú con tal de aumentar el crecimiento económico. La violación de los derechos humanos y la destrucción de la naturaleza están autorizadas por la necesidad impostergable de salir de la pobreza.
Entonces aquí hay que ensuciarse las manos y/o hacerse de la vista gorda. Lo importante es poder decir “nosotros matamos menos” o “la plata llega sola”. Es decir, disminuir la corrupción o matar más discrecionalmente eso es todo a lo que sensatamente podemos aspirar. Mientras tanto, la lucha contra la impunidad y el envilecimiento no son objetivos prioritarios, pues dividen demasiado a los peruanos que ya damos por supuesto que el robo y el silencio son parte necesaria de una gestión eficaz. Entonces, no hay que hacerse los “inocentones”. Acá todos tienen rabo de paja, de manera que nadie tiene derecho a enjuiciar moralmente a nadie. Y el caviar es justamente la persona o el grupo que pretende desconocer, de manera hipócrita y convenida, estos hechos básicos de la vida social peruana.
Vemos las dos posiciones que debaten sobre el primer uso del término caviar ‘hogar privilegiado SIN EMBARGO posición política de izquierda’. En el Perú no hay una lógica política que articula los usos de ‘caviar’. Al contrario, se utiliza tanto por criterios principalmente de clase y raciales como por la posición laboral. Interesante es ver la lógica detrás de Mujica Gallo.
La izquierda caviar peruana, como la francesa que acusó Benoits, se ha enriquecido con puestos públicos. Por tanto es presupuestívora. Su afán no es revolucionario, por el contrario sólo desea conservar la pitanza y la limosna que les otorga, por méritos que no tienen, un gobierno desacreditado por ellos mismos, gracias a su mediocridad social indiscutible.
El 98% de la izquierda caviar está conformada por panzones, obesos y habilísimos burócratas, diestros en el arte de contar dólares, cambiar de pasaporte, comprar autos del año, viajar como trotamundos y, de vez en cuando, elaborar folletos, dictar talleres y organizar conferencias en que repiten monsergas de hace treinta años, siempre y cuando, el billete verde de su archienemigo Estados Unidos, esté presente para financiar sus múltiples engaños colectivos a lo largo y ancho del país.
Un ejemplo patético: Devida. El campesinado cocalero odia y blasfema contra esta organización porque representa sólo el punto de vista norteamericano fundamentalista de arrasar literalmente el sembrío de hoja de coca. ¿Quiénes son los burócratas, plenos en grasa cerebral y faltriqueras llenas de dólares en el edificio de San Isidro?: sociólogos, psicólogos, comunicadores, todos provenientes de la izquierda caviar. ¿Será que están combatiendo al imperialismo del cowboy Bush desde dentro? Mi impresión es que estos badulaques saben vivir muy bien de la ubre norteña.
El Perú está plagado de ONGs. Y si bien es cierto que hay una pequeña proporción de éstas que aún respeta (nadie sabe hasta cuándo) su propósito fundacional y filantrópico, hoy por hoy, son guaridas de aprovechadores de la izquierda caviar que no dudan en industrializar los derechos humanos, el medio ambiente, los ambientes policiales, cuanto esté a su alcance, real o inventado, para sus propios fines en salvaguarda de su derecho a preservar más lotes de dólares que vienen del exterior bajo supuestos fines constructivos.
Tengo un gran respeto por mis múltiples amigos marxistas genuinos y que aún creen en las bondades de este credo. Pero, tengo también, un profundo desprecio por todos los embusteros que le dijeron al país desde hace más de 30 años que ellos eran la solución que venía en libracos, folletitos de quiosco y discursos inflamados. Estos viven a cuerpo de rey y son sus propios amigos de la izquierda proletaria quienes les increpan su modus vivendi y falsedad monstruosa. ¡Eso es la izquierda caviar! Y así lo ha confesado la propia Susana Villarán al regalarme expresiones que declino por venir de quien vienen y porque rara vez, en atención a sus inexistentes méritos, me he referido a ella. Y esta es una excepción.
Mujica se refiere a burócratas y a miembros de los diversos organismos gubernamentales del país. No al selecto grupo que cita Mariategui y defiende Portocarrero. Mientras que ambos debaten sobre el primer uso del término caviar, Mujica Gallo utiliza el segundo: el caviar como el comechado, oportunista, zángano y arribista que se aprovecha de su situación de poder para vivir bien.
Cuarto, ¿Quién denomina al otro como ‘caviar’? Como se ha visto, la palabra ‘caviar’ artícula en su significación los enunciados ‘actuar políticamente como de izquierda’ y ‘vivir como la derecha privilegiada’ conectadas por el contrastivo ‘sin embargo’. En el primer caso, caviar por cuna o condición, ‘vivir como la derecha privilegiada’ SIN EMBARGO ‘actuar políticamente como de izquierda’ que se opone a la lógica de ‘vivir como la derecha privilegiada entonces actuar políticamente como la derecha’. En el segundo caso, caviar por advenimiento, designa ‘actuar políticamente como de izquierda SIN EMBARGO vivir como la derecha privilegiada’ que se opone a la lógica de ‘actuar políticamente como de izquierda y vivir como la izquierda popular’.
Aunque el término surge de la propia izquierda, como un intento de llamar a la consecuencia a sus simpatizantes, su uso se generaliza y la derecha lo acoge para extenderlo al conjunto de intelectuales y políticos de izquierda con la obvia intención de desprestigiar las causas progresistas que serían entonces solo la manera en que gente frívola e irresponsable buscaría llamar la atención. Las luchas por preservar el medio ambiente, por los derechos de los inmigrantes, de las mujeres o de los trabajadores, son entonces percibidas como demandas infladas por “caviares”, gente que se cubre de una elegancia chic, que se disfraza de avanzada y humanista, cuando, en realidad, es beneficiaria del sistema al que neciamente critica.
En este uso del término ya se revela un tono autoritario, que pretende silenciar toda oposición al conservadurismo neoliberal. Se acusa de hipocresía a quien pretende hablar a favor de las víctimas sin ser una de ellas, al defensor de causas que no son propias, pues se presume que es solo un manipulador de la compasión y la culpa, alguien que se esconde para perseguir sus intereses.
Portocarrero pone énfasis en ver al ‘caviar’ desde la derecha. Todo lo que esté fuera de la extrema derecha, o lo que no sea igual a ella, siempre estará a la izquierda. Por eso en el Perú es tan fácil designar a quien piense distinto como ‘comunista’ o ‘terruco’. La identidad política corresponde a tomar una posición respecto a una recta horizontal desde donde se fijan relativamente posiciones ideológicas y militantes. La recta está compuesta por puntos que serán ángulos de vista y de conciencia política que se autodefinen por la agenda que defienden y en oposición a la agenda de los otros. Los tres puntos de vista principales son la izquierda, la derecha y el centro. Hagamos un esfuerzo por percibir cada sentido de ‘caviar’ desde cada uno de estos sectores. Desde la derecha, se ve al caviar1 como un hipócrita y al caviar2 como un convenido o arribista. Desde el centro, caviar1 como cojudo y caviar2 como ilógico, contradictorio, paradójico. Desde la izquierda, caviar1 como desubicado u oportunista y caviar2 como inconsecuente, incoherente o traidor. Si no está conforme con esto, realice el esfuerzo usted lector.
En conclusión, la palabra ‘caviar’ se usa en dos sentidos: Caviar1. Quien proviene de una posición privilegiada pero defiende intereses populares pero no vive de forma popular. Caviar2. Quien defiende intereses populares pero ocupa una posición privilegiada y se aprovecha de ella. En el primer caso se asocia a términos como hipócrita, falso, desubicado mientras que, en el segundo, a comechado, arribista y oportunista. En el Perú, caviar se utiliza de una forma particular. Primero porque añade una metáfora (‘son como los caviares de allá’) a la metonimia (‘el privilegiado que come caviar’). Segundo porque articula criterios de clase y raza a los políticos. Por eso el término precedente para designarlos era ‘rabanito’ por ‘rojo por fuera blanco por dentro’. A Portocarrero le faltó reconocer, que si bien el término ha sido apropiado por sectores conservadores y fujimoristas, es un medio de control de la misma izquierda contra la falta de disciplina y consecuencia de sus militantes. Es más, si bien el término caviar debiera de dejar de utilizarse, la lógica detrás del término debiera servir como control de calidad de los elementos que se reconocen como de izquierda. Sirve para detener y confrontar el oportunismo político para el beneficio propio antes que del colectivo. Hemos visto como el término caviar articula lógicas convencionales tácitas como ‘si vives como la derecha entonces defiende los intereses de la derecha’ y ‘si defiendes los intereses de la izquierda entonces vive como la izquierda popular’. Desde los diferentes sectores de la política se puede percibir y utilizar de manera diferente una palabra.
Pondremos algunos ejemplos de como la izquierda puede prevenir el oportunismo que denuncia el término ‘caviar’. Primero, Sigrid Bazán. Conductora de televisión donde no utilizó su espacio para dirigir y promover una agenda política sino para defender los intereses del grupo enfoca leyendo sus titulares. Pareja del hijo Mohme dueños de un diario que recibe dinero en publicidad del estado para vivir de forma burguesa. Luego viene a defender intereses de izquierda y representar el proletariado. Segundo, Susana Villarán, Agusto Rey y todos aquellos implicados en los financiamientos de las constructoras brasileñas para la concesión de obras municipales. Tercero, Ollanta y Nadine. Cuarto, el tío de Marissa Glave, Glave Testino, quien nunca ha desempeñado militancia de izquierda pero postula por un partido de izquierda y quiere unificar los servicios de salud estatales sin haber trabajado en algún hospital sino en clínicas. ETC
Un ejemplo gráfico de acaviarada advenediza. Dedicado a Arturo Ayala que cedió el número seis de la lista al congreso de Nuevo Perú a una señorita que renunció al Partido Socialista.


